El pasado lunes 11 de diciembre, el Cine Club Casablanca Valladolid recibió a Víctor Hugo Martín Caballero, fotógrafo y director de fotografía. La sesión especial “Mi película favorita”, la jornada en la que personalidades del ámbito cultural vallisoletano comparten con nosotros sus gustos e intereses cinematográficos, fue la responsable de que Martín Caballero se acercara a nuestro cineclub con la película “Deseando amar”, del director chino-hongkonés Wong Kar-wai, en una visita que dio lugar a una velada cargada de todo tipo de reflexiones.
Víctor Hugo, con su licenciatura en Comunicación Audiovisual y especialización en Dirección de Fotografía por la ECAM, ha sido artífice de trabajos tan dispares como spots, videoclips, cortometrajes y documentales. Miembro de la Academia de Cine desde 2022, su obra se extiende a otras disciplinas como la fotografía artística o el videoarte y ha expuesto en Valladolid principalmente, aunque también ha explorado otras ciudades tanto de España como de Europa.
La elección del largometraje “Deseando amar” fue de lo más acertada para los asistentes. Martín Caballero articuló un atractivo diálogo con el público en el que reveló capas y matices que en su opinión hacían de esta película una obra maestra. Gran defensor de las imperfecciones técnicas al considerarlas más hermosas que en otros ejemplos cinematográficos, las tomas a cámara lenta quizá fueran uno de los elementos característicos que más llamaban la atención a Víctor Hugo, celebrándolas como contribuciones a la singularidad y belleza de la película.
La conversación derivó gracias a las preguntas de los asistentes hacia aspectos técnicos tales como la composición de los encuadres, utilizados en esta película como recurso para expresar la ausencia, una sensación presente en todo el film y que se enfatizaba rompiendo la convención del encuadre para señalar el espacio vacío y que añadía, de esta forma, profundidad a la narrativa.
A continuación, Martín Caballero, regresó al término de obra maestra a través de la imperfección, marcando de este modo la singularidad de “Deseando amar”. La fotografía, en opinión del cineasta, es capaz de transmitir historias sin diálogos, estados de ánimo a través de los silencios y contextualizar espacios. Señaló además la colaboración interdepartamental del cine donde la belleza de la fotografía solo tiene sentido si se entrelaza con otros campos como el de vestuario o el de arte para crear una experiencia cinematográfica completa. Víctor Hugo reconoció, además, la influencia inconsciente de Wong Kar-wai en la representación de las formas de ciertos elementos comunes en su trayectoria profesional y alcanzamos a entender así un poco mejor el porqué de esta particular elección para nuestro cineclub.
Por último, la conversación ahondó en detalles, desde el simbolismo del paso del tiempo, la ruptura de las convecciones espaciales, hasta contenidos sociales y políticos que el individuo occidental por desconocimiento cultural no alcanza a entender en su totalidad.
Tras lanzar ciertas curiosidades de la película, Víctor Hugo señaló su preferencia por la película elegida en contraposición a otras del mismo director dando fin a un coloquio de gran interés para el público y con la impresión de que las buenas películas revelan más detalles con cada visualización, generando de este modo una apreciación mayor por la complejidad del cine.